Eneida Valdés (26 de mayo de 1929, Antón, Coclé – 25 de diciembre de 2013) fue una aclamada actriz panameña y pionera del teatro local, cuya trayectoria abarcó más de seis décadas en las artes escénicas panameñas.
Desde joven, Valdés mostró un interés innato por el teatro. A la temprana edad de 12 años, comenzó su incursión en las artes, destacándose rápidamente por su talento y dedicación. Durante los años 40, inició formalmente sus estudios en artes escénicas, y su protagonismo en el escenario panameño fue constante.
En la década de los 60, antes de la llegada de la televisión, su voz ya era conocida a través de Radio Panamericana y RPC Radio, protagonizando famosas radionovelas como «El derecho de nacer». Además de su notable habilidad actoral, poseía una voz inigualable que le otorgó la primera licencia de locución que se otorgó en Panamá, lo que la llevó a ser ampliamente reconocida como locutora de radionovelas en RPC Radio.
A lo largo de su carrera, Eneida compartió escenario con grandes figuras del teatro panameño como Anita Villalaz, Elisa Fernández, Ceila González, José Carranza, entre otros. Asimismo, tuvo la oportunidad de actuar junto a su esposo, el también destacado actor Harry Iglesias, en varias ocasiones.
Valdés fue conocida por su disciplina, profesionalismo y generosidad. Era la primera en llegar a los ensayos y siempre estaba preparada, una virtud que el director teatral Daniel Gómez Nates elogió ampliamente. Gómez Nates tuvo el honor de dirigirla en la obra «Los árboles mueren de pie» en el año 2000, que resultó ser la última actuación de Eneida.
A lo largo de su carrera, Eneida fue objeto de múltiples reconocimientos tanto en Panamá como en el exterior. En 1997, ganó el Premio Escena a Mejor Actriz y, en 2005, recibió otro Premio Escena por su extensa trayectoria. Fue condecorada con la Orden Vasco Núñez de Balboa y distinguida como Hija meritoria del distrito de Panamá.
Doña Eneida junto a su esposo Harry Iglesias
Eneida estuvo casada con el primer actor panameño Harry Iglesias. Tras la desaparición física de su esposo en 1998, Eneida anunció su retiro del mundo dramático, pero sintió la necesidad de volver al escenario, motivada por un sueño en el que Harry la alentaba a regresar. Su regreso se materializó en la obra «El Señor de las Patrañas».
La actriz falleció el 25 de diciembre de 2013, dejando un legado inigualable en el teatro panameño y un recuerdo imborrable en el corazón de aquellos que tuvieron el privilegio de verla actuar.
La historia de Eneida Valdés es un testimonio del respeto y amor de una artista por su profesión. Su legado perdura en la escena panameña, siendo un referente de excelencia y pasión en las artes. La dedicación de Eneida a las artes escénicas, su humildad y su respeto por la profesión son recordados y valorados por generaciones de actores y amantes del teatro en Panamá.